martes, 7 de abril de 2015

La Ficción Acertada

Por Sergio Polo

Cuando la gente me pregunta si “El Renacer del Monstruo” es una novela visionaria o premonitoria yo le respondo que sí a las dos cosas. Para justificarlo voy a partir de las definiciones que el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua da a estas dos palabras. Según su segunda acepción, visionario es un adjetivo que significa que se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro. Asimismo, premonitorio tiene dos acepciones que confirman mi teoría: la primera de ellas; premonitor, que significa que anuncia o presagia. La segunda de ellas que tiene carácter de premonición, significando, esta última palabra, presentimiento, presagio, en una de sus acepciones, y advertencia moral en la otra.

Partiendo desde la base de que “El Renacer del Monstruo” es una ficción que se desarrolla en un escenario futuro, por lo tanto ciencia ficción, no deja de ser verosímil debido a su proximidad al tiempo en el que vivimos y porque, entre otras cosas, se da una explicación lógica de todo lo que allí acontece enlazándolo como una consecuencia más de la crisis que desde hace ya más de siete años venimos padeciendo. Una crisis que además, en la novela, no es del todo fortuita si no que responde a los intereses conspiratorios de unos cuantos poderosos, lo que le da aún más fuerza.

Por otro lado debo reseñar que detrás del comportamiento que en la novela se le atribuye a las grandes potencias y a los poderosos, tal y como les hemos llamado en el párrafo anterior, hay muchas horas de estudio. Es más, os puedo decir, como ya he apuntado en alguna ocasión anterior, que partiendo de sus historias particulares llegué a construir un futuro donde situaba las coordenadas de cada una de ellas. Para ello, como algunos ya sabéis, me fijé en los rasgos más definitorios de sus personalidades, en sus pasados recientes y en dónde estarían en el año 2030 y, a partir de ahí, creé el escenario donde se ubicaría la historia. Fue como hacer un dibujo en perspectiva cónica donde solo tuve que mirar atrás ––a sus pasados––, para localizar los puntos cuyas referencias conocía y unirlos con el punto de fuga ––el futuro––. Luego, a esas rectas imaginarias les di un corte entre los años 2021 y 2025 y se me mostró, tal cual, el contexto histórico de la próxima década donde se desarrollaría la trama.

Por lo tanto y respondiendo a las preguntas que os apuntaba al principio: 

  • ¿Es una novela visionaria? 

Doblemente sí: porque se adelanta a su tiempo y tiene visión de futuro.

  • ¿Es una novela premonitoria? 

Al igual que la anterior, la respuesta es doblemente sí. Por un lado, porque anuncia o presagia lo que podría ocurrir si se dan una serie de condicionantes en una época futura ––el punto de fuga­­­­––. Y por el otro; porque para mí tuvo carácter de premonición, es decir: tuve un presentimiento.

P.D.
Hace poco escuché decir, en un programa de radio, que el presente no era más que la ficción acertada. Para vuestra reflexión, ahí queda eso

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